viernes, 3 de octubre de 2008

de gatos y ratones II

Es cruel este mundillo, oscuro y voraz, salvaje y excitante y él, mi fauno era un perfecto resumen de este mundo, voraz, salvaje, excitante, y lejano, sobretodo lejano. Durante la noche pude ver como se iba deshaciendo de cada uno de los pobres ratones que se acercaban a sus encantos, rechazándolos con sonrisas despectivas e ignorando a otros mas osados. Mi perfecto campo visual me permitía disfrutar del espectáculo ofrecido por el fauno, por un momento quise sentirme ratón, acudir a su llamado, pero mi timidez fue mas fuerte que mi deseo y me limite a mirar, observar sus movimientos y sus artes, aunque fue realmente delicioso verlo rechazar a los osados que querían obtener sus favores y disfrutar de su elegancia y presencia…
- Hey- oí a mis espaldas – nos vamos a un hotel.
Eran Pepe y Michael anunciando su retirada, aunque sin antes hacerme una
gentil oferta, la de irme con ellos y pasar una espectacular noche de pasión de tres, como tiempo atrás, pero mi fauno estaba aun en acción y la tentación de ver como terminaba la noche me quedé en la discoteca, en mi rincón discreto y oculto. Una vez que me quede solo, me di cuenta que se me había terminado la copa, (grave situación para un ratón reprimido). No tenia mas remedio que acercarme a la barra, cerca del fauno y pedir otra copa de eso que bebía hace diez años (¿alguien puede recordar lo que bebió una noche hace diez años?). Con cautela deje mi rincón, lentamente y sorteando a la gente que llenaba la pista, llegué a la barra, casual o intencionadamente llegue también cerca del fauno y no pude evitar mirarlo directamente a los ojos. Con ratonil timidez baje la mirada y rápidamente termine de pedir mi copa y huí a mi rincón, aunque alguien se me adelanto y me dejó al descubierto, blanco fácil de miradas y manos impertinentes en ese momento. Con la copa en la mano y mientras evitaba el contacto con los demás juerguistas, no me di cuenta que estaba actuando miméticamente y repetía los gestos de mi fauno, su pose de galán sufrido y su mirada lánguida y feroz a la vez.
¡!!Peligro!!!

Rápidamente corregí mi pose de muchacho tímido y observador, pero ya no contaba con mi escondite perfecto, estaba a la vista de todo mundo y sentía que todo mundo me observaba también, mis 18 años, mi ropa, aunque discreta, resaltaba un cuerpo joven y armonioso deseoso de nuevas experiencias, pero incapaz de provocarlas. Comencé a buscar donde parapetarme nuevamente, cada rincón estaba ya ocupado por parejas improvisadas y otros tímidos mirones. Decidí que me escondería tras mi copa, que buscaría alguno de los pocos cigarrillos que había tenido la precaución de llevar y que no miraría a nadie, aunque me moría de ganas de ser observado por uno especialmente…
- Mierda-
No encontraba con que encender el cigarrillo, revisaba una y otra vez mis bolsillos, y no conseguí dar con el pequeño encendedor, cuando de pronto una llama iluminó el espacio y una voz templada y agradable me ofreció el fuego que me hacia falta.
- Necesitas fuego?- preguntó.

¿Que hacer si la voz provenía del fauno misterioso? Mis piernas sufrieron un ligero temblor y mi voz otro similar.
- Gracias- dije.

Estaba delante de mi, sus ojos felinos clavados en los míos, taladrándome, hurgando en cada rincón de mis pensamientos y a la vez poseyéndome sin misericordia. Busque el valor desde mi orgullo y le devolví la mirada, agradeciéndole, aunque no podía evitar sentir el rojo de mis mejillas, que afortunadamente no era notorio por la oscuridad de la sala.
- Menos mal que decidiste bajar de tu rincón- me dijo. – No me atrevía a subir a buscarte-.
- La culpa es de las copas, las hacen muy cortas en este local- respondí.

Esta vez lo miré a los ojos y pude comprobar que de cerca no eran unos ojos fieros, si no mas bien tiernos y bonitos, y que junto con su voz hacían una combinación perfecta.

- Me llamo Rafael, ¿y tu? – pregunto?

¡¡¡Peligro!!!

Inventa algo, me decía a mi mismo, miente como un cochino, pero mi inocencia fue más grande y le di mi nombre…
No pudimos hablar mucho esa noche, la música y los otros ratones estaban demasiado cerca y mi timidez estaba mas a flor de piel, buscando un movimiento rítmico en mis piernas trataba de hacer algo por pasar ese momento en que me sentía atrapado, en manos del felino fauno…
- ¿Estas nervioso?- preguntó.
- Nooooo – respondí en el acto – buscaba a mis amigos, creo que están cerca.
- Se han marchado hace un rato – dijo – creí que lo sabias.

Me dejo de piedra, había estado observando y yo sin darme cuenta, le pregunte cuanto tiempo había estado observando y me dijo que el suficiente como para animarse a hablarme, que estaba pensando en como decirme algo pero que no se animaba por que yo no hablaba con nadie y por que los otros ratones no lo dejaban en paz (eso lo añado yo mismo, él nunca supo lo de los ratones). Pensaba que, dado que ya era tarde, debía hablarme o irse sin conocerme, partía en la mañana a un viaje de prácticas por tres días y quería verme en otra ocasión.
Eso me hizo mirar el reloj y darme cuenta que iban a ser las seis de la mañana ¡¡y yo jamás había estado fuera de casa tan tarde!!
- Me tengo que ir – dije.
- Te acompaño, no salgas solo – dijo mientras me tomaba del brazo y nos dirigíamos a la puerta.
- Sé que es tarde y que nos tenemos que despedir – dijo – Solo quiero saber si nos volveremos a ver, lo dejo a tu elección, mira esta es mi tarjeta, llámame si quieres, yo estaré esperando.
Recibí su tarjeta y aborde el taxi que esta frente a mi, le dije que nos volveríamos a ver y minutos mas tarde ya en mi cama no pude evitar pensar que había sido mi mejor experiencia de ratón de la vida.

Pasaron tres días muy lentos, al cuarto día me anime a llamar, por favor, tomen en cuenta que hace diez años no pensaba ni por casualidad en tener un teléfono móvil, un celular, así que, busqué mi cabina, metí mis escasas monedas y marqué el numero que aparecía ahí, al otro lado me respondió una voz femenina muy agradable:
- Consultorio del doctor Rafael S, ¿en que podemos ayudarle?
- hola, me gustaría hablar con Rafael por favor.
- Quiere usted hacer una cita con el doctor?
- Si, por favor lo antes posible
- Muy bien, para dentro de dos días a las 19 horas, tiene la dirección?
- si, muchas gracias, hasta dentro de dos días.
Vaya conversación mas fría, yo quería hablar con mi doctor!!! debí pensar en que es un hombre ocupado, así que decidí esperar y acudir el jueves, por la noche aunque no tuviese una caries que curar en ese momento, solo quería volver a verle.
El día jueves al salir de clase, me fui al exclusivo edificio donde tenía su consultorio y me senté a esperar mi turno para ser atendido por Rafael. Espere mas o menos poco, cuando de pronto me llaman por mi nombre y se abre una puerta, ahí estaba él, sentado detrás de su escritorio, ojeando unas hojas y con un lindo guardapolvo blanco que le hacia mas interesante aun que la noche anterior.
- Tome asiento – dijo sin levantar la vista.
Yo sentí que había hecho el más completo de los ridículos, ni siquiera se había fijado en mi, ni se acordaba de mi nombre, vaya ratón mas tonto había resultado ser, pero ya estaba allí, sentado, esperando que me hagan una exploración que ni siquiera necesitaba, sentí que los ojos se me comenzaban a llenar de lágrimas de vergüenza y que quería salir de ahí en ese momento.
- Gracias enfermera, puede retirarse, es solo una consulta, no creo necesitar de su ayuda- fue lo que le dijo a la enfermera, y ella se retiró discretamente.
- ¿realmente creías que no me acordaba de ti? – pregunto sarcástico – estas rojo como un tomate, relájate.
- ¿Por qué no me dijiste nada? me sentí muy mal- estaba a punto de irme.
- no te irías por nada del mundo, deseas estar aquí ahora- dijo tan seguro de si mismo.
Otra vez salio el ratón, me sentí acorralado, sentí como comenzaba a jugar conmigo entre sus zarpas, como sus zarpas acariciaban mi espalda, mientras la otra buscaba mi cara para encontrar mis labios y cobrar ese beso que no nos dimos al salir de la discoteca esa noche, que beso, increíble…
Nuestro encuentro tardo lo que tarda un examen medico, lo que paso durante el examen lo dejaremos en una exploración oral en términos médicos y en términos legales diremos que fue un reconocimiento in situ de los cuerpos del delito. Nos despedimos esa noche y no volvimos a vernos, fue más fuerte el ratón que llevo dentro, o fue muy débil el gato que no pudo atraparme.
Pocos meses después salí del país y regreso después de diez años regreso a buscar a un anciano y bello gato, ya no soy un ratón (o si?), como estará? seguirá siendo ese hermoso fauno con ojos de gato?
Me animaré a llamar a la puerta, pediré una consulta con el medico y esta vez no me pondré rojo de timidez, tal vez le pregunte si quiere tomar algo en esa vieja discoteca donde hace diez años nos conocimos….

Delfos
Greece.

viernes, 26 de septiembre de 2008

por seguir con los ratones, y con los gatos...

De gatos y ratones…

No sabia si llamar a la puerta, habían pasado más de diez años desde la última vez que lo vi. No había sido difícil dar con su dirección, era exactamente la misma que en esa época, pero claro, tenia que confirmarla, afortunadamente su extraño apellido griego aparecía en la guía de teléfonos, lo mas difícil fue tomar la decisión de llamarlo y hacer una cita, aunque no necesitaba un dentista, necesitaba buscar mi pasado, ya no era yo el tímido muchacho de 18 años que no sabía como reaccionar ante una situación como la que viví esa noche.
Ahora soy el tímido adulto de 30 años que quiere volver a empezar en esta ciudad, otra vez…
Corría el año de 1995, debía ser enero, o febrero, hacia calor, el típico calor limeño, lleno de humedad pegajosa y olor a mar en la costa de Miraflores, era la segunda o tal vez la tercera vez que me atrevía a salir por el ambiente, no sé si salí con Renzo, o con algún otro conocido de esos años, tal vez Pepe o Michael, solo sé que aún no terminaba de adaptarme a ese nuevo estilo de diversión y seducción que se ofrecía para mi, ya os dije que yo era un tímido muchacho y que todo aquello era demasiado nuevo para mi, extraño, complicado, lascivo, carnal… Igual que la última vez que fui a esa discoteca, aquella noche busqué un rincón oscuro y apartado desde donde mirar a toda esa fauna masculina sin ser visto, tenía visión de la puerta a plenitud y me sentía protegido por la oscuridad.
La noche pasaba bastante aburrida, Pepe y Michael estaban ocupados en sus amoríos y yo, bebedor poco habitual, estaba entretenido con mi campo de visión absoluto.
De pronto lo vi entrar, como el fauno mayor, vestido de negro, con un colgante en el cuello que resaltaba su aspecto felino y seductor, con paso seguro y dueño de si mismo se dirigió a barra del local y con una elegancia nata se apoyó en el quicio de la barra y bebía de su copa, mirando en rededor, a la búsqueda de la presa de esa noche, esperando al pequeño ratón que caiga en sus garras para jugar con él, para entretenerse y finalmente, si tiene apetito comérselo o, en todo caso dejarlo ir magullado, cansado, roto y usado…

martes, 23 de septiembre de 2008

como ratón sin orejas...

Cuenta cuenta cuentos con dulzura Sherezade...

A veces la vida, como dice mi querido César parafraseando al original Forest Gump, es una verdadera caja de bombones, y a veces, sin esperarlo nos toca los bombones mas exhuberantes y deliciosos, de esos que a lo mejor probarás una sola vez en la vida entera.
Aque penúltimo mes de dosmil siete ya habíamos agotado toda la oferta cultural peruana en Madrid, la verdad ver que en cada evento, obra, representación y exposición se repetían los mismos artistas, los mismos bailes y las mismas caras ya habia colmado mi capacidad de resistencia. No quería saber nada mas de ese mundillo tan lleno de intrigas, chismes, cotilleos, dimesydiretes y otras cositas que esconden el arte y la cultura.
Sin embargo ese email era distinto, esa invitación llegó en la típica noche boba de noviembre madrileño, con frío, poca gente en el local, por lo tanto poco trabajo y una breve llamada a César que dejó zanjado el asunto.
Esa noche iríamos a ver a esa chica del mail, un nombre nuevo, una cara nueva; sinceramente ambos pensamos sin decirlo que era el mismo estilo de siempre, peruanos haciendo musica peruana, la misma música de todos los eventos, obras, representaciones y exposiciones que se repetían una y otra vez.
Obviamente la cosa comenzó tarde, si no no hubiera sido un evento de peruanos, eramos...¿20?, ¿30? varias mujeres se acomodaron en las primeras filas y bueno, nosotros como pudimos nos quedamos casi al final.

mil noches ya sin dormir, mil noches tan aterrada, harta de caballeros que nos rescatan del viento, caballeros que confunden el amor con el tormento...

Fue la primera canción que escuché de ella, la primera de verdad. Me atrapó. No puedo decir más.
No voy a describir las letras de sus canciones por que sería un plagio, aunque ella sería incapaz de reclarme por ello.
Concierto tras concierto, conversación tras conversación nos fuimos convirtiendo en grandes amigos, con confesiones y risas, con secretos y sueños, con complicidad.
El sábado fuí a oírla, creo que para mi por última vez en mucho tiempo, y ella lo sabia...

mientras ella sueña asi: busco un cielo estrellado, un jardin de rosas sin espinas, busco quien me acompañe, no quien me pase revista...

"Esta canción se la dedico a un amigo que se va y me deja como ratón sin orejas..."

Mientras me miraba y continuaba con la canción, no pude evitar pensar que todos los buenos momentos. Sus consejos, su historia, su optimismo, su sonrisa...
Estoy convencido que nos volveremos a ver muy pronto, y mas seguro aún que dentro de muy poco todos conoceremos sus canciones.
UN BESOTE NERA!!!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

desde la adolescencia resucité a...

Ecos Eternos.

Otra vez me pregunto ¿Por qué escribo?
Y la intensidad de mi pregunta se remonta
Como un gran visor hasta el origen de mi mismo
¿Quién soy yo? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde voy?

Y preguntar solo me hace seguir preguntando
Pregunto porqué, quien, cómo
Pero… nunca encuentro respuesta.

Y las preguntas dentro de mi resuenan y resuenan
Produciendo ecos eternos, ecos que no acaban
Que comienzan conmigo y terminan en mi
Para volver a empezar;
Y por que me doy cuenta que dentro de mi
Están también los demás
Y que ellos no pueden salir de mi, por mas que los quiera sacar.

Y sigo preguntando ¿Qué hago aquí?
¿Por qué siempre al frente y atrás de todo?
¿Por qué siempre con todos y con ninguno?
¿Por qué queriendo y odiando al mismo ser?
¿Por qué admiro y repudio al mismo ídolo?

Y vuelvo otra vez a mis vacíos
Y sigo llenando el vacio de vacio,
La duda de dudas
El odio de odios
Y el amor…
El amor de olvido…

Pero aún asi, al ver llenos mis vacios,
Al ver las dudas de mis dudas, al odiar mis odios
Y al olvidar mis amores
Me veo nuevamente en el principio de mi vida, en el vacio, en la duda,
En el odio,…en el amor.



Efebo 1995.

lunes, 15 de septiembre de 2008

escóndeme, 1998

Escóndeme

Solo la tarde de septiembre (julio),
presenció la caída del alma,
que dolida en su esencia mortalmente,
emprendió la huida del mundo
para refugiarse en el corazón del ébano
en la fuerza de la inocencia
en la transparencia de la mirada.

Con el devenir del tiempo
El escondite lo convertí en morada
El corazón del ébano fue mi jardín
Mi lecho en la inocencia
Y tu mirada mi alimento.

Con tu voz la brisa refrescó
mi fiebre de vida,
con tu risa la cascada de la alegría
irrigó mi pena.

Eres mi casa, mi alimento,
mi alegría y mi remedio
y solo debes saber que te quiero.

domingo, 14 de septiembre de 2008

por explicarme, por comprenderme

Cuando me planteé escribir un blog, sinceramente fué por que vi que un buen amigo lo hacía y encontraba mucha tranquilidad al hacerlo. Es verdad que mientras nos movemos al trabajo o caminamos de regreso al terrible cotidiano, vamos ronroneando nuestros pensamientos y nuestras dándole vueltas a nuestras propias proyecciones o alucinaciones...

Por eso cuando me planteé publicar la primera historia lo hice con la convicción de que en la vida del ser humano hay tres momentos muy marcados, la etapa en la que decimos lo que sentimos y la vida es un drama sin igual y que nuestros sufrimientos son los mas grandes y nuestros amores son los amores mas intensos, solo comparables a los famosos Romeo y Julieta. Yo creo que esta etapa es mas que nada en nuestra última adolescencia o la primera etapa de juventud.
Luego viene la etapa en la que decimos lo que pensamos, cuando ya alcanzamos cierto grado de madurez y los sentimientos que movian el mundo son solo los recuerdos de nuestra querida adolescencia. Ahora nos gusta la compañia de amigos que compartan nuestra ideología y nos satisfacemos en quedarnos sentados en una terraza intercambiando ideas que revolucinarían el mundo y nos sentimos los mas grandes pensadores de la historia; yo creo que esta etapa la iremos viviendo cada día con mayor intensidad y nos acompañará durante mucho tiempo, es un intenso ejercicio de adecuación y tolerancia, de intercambio de opiniones y de intensas tardes de terraza.

Por último y no menos importante, es la etapa en la queremos que los demás piensen lo que decimos, y pienso en mis padres, ellos lo saben todo, no importa que ya tengamos mas de 30 años o inclusive hijos, ellos saben lo que es bueno para nosotros y hacen hasta lo imposible por convencernos que lo que ellos dicen es lo correcto, llegaremos a esa edad es cierto señores, y los que tengan hijos se convertirán en fieles copias de sus propios padres, en este momento completaremos nuestro ciclo de pensadores, o nuestro ciclo de creadores de historias.


Juguemos a decir verdades y mentiras, son parte de mi historia, las primeras serán de mi etapa de decir lo que siento, bueno lo que sentí duando era un chibolito de 20 años, de muchos amores y miles de dudas y sufrimientos. Gracias por acompañarme en esta aventura o compartir estas horas de terraza y bar, de copas y pensamientos, de planes y proyectos.

Un fuerte abrazo a mis queridos jugadores.

sábado, 13 de septiembre de 2008

primera vez, sentimiento de amor...

Solía verlo cada tarde en los pasillos de la Universidad, creo que estaba en cuarto o quinto año, pues siempre iba vestido de traje. La primera vez que lo vi me pareció algo atractivo: cabello castaño, ojos color miel, cuerpo fornido aunque un poco bajo para mi estatura, pero nada notorio.
Siempre creí que mi manera de hacer contacto es con la mirada, así que decidí mirarlo con insistencia hasta que él se dio cuenta y yo, rápidamente desvié la mirada avergonzado y continué mi camino. Al día siguiente estaba alli de nuevo, esta vez fue él quien me miró y tras un fugaz intercambio visual huí por el camino.
Asi pasaron varios días hasta que una tarde, en la fila para recoger las boletas de matrícula, tropecé con alguien sin querer y, levantando la mirada para disculparme, me di con la sorpresa que era él.
-hola- dijo.
-hola, disculpa por el empujón- respondí.
-no te preocupes, fué culpa mía, dime, tienes encendedor?
- claro, no sabía que fumaras.-
- ¿te molesta?
- Me molestaría que fumaras solo-
Automáticamente me ofreció un cigarro y me extendió el fuego para encenderlo.
-Gracias –dije- ¿ya recogiste tu boleta?
- si, ¿y tú?-
-También, justamente iba a la estación de autobuses-
-¿te vas tan pronto? pensé que podríamos ir a tomar un café.
Realmente me sorprendí, no pensé que me diría eso, pero acepté y le dije:
- bueno, pero por lo menos me gustaría saber como te llamas-
- Discúlpame, no me presenté, me llamo Raúl ¿y tú?
- Yo me llamo Carlos, mucho gusto.
Nos dimos un fuerte apretón de manos mirándonos fijamente y sin más nos fuimos caminando a la cafetería a tomar el café que daría comienzo a esta gran amistad. Cuando nos sentamos ya habíamos hablado un poco. Él me dijo que estaba en cuarto año y que practicaba en el Palacio de Justicia. En la cafetería me preguntó:
- ¿tú estás en tercero verdad? en el 304
- si, pero ¿Cómo sabes eso? – dije sorprendido
- El otro día te vi por la ventana, llevabas un traje gris-
- ¡ah!, tenía que exponer sobre los Derechos Humanos-
- Me impactaste con el traje, te queda realmente bien.
- Gracias, es la primera vez que un pata me dice eso-
- ¿te molesta?-
- No, para nada-
Poco a poco la conversación se había hecho mas profunda y sin darnos cuenta la noche nos había caído encima, con pena le extendí la mano y le deseé buenas noches, él hizo lo mismo pero, al atravesar la puerta, me llamó y me dijo:
- ¿Te gusta el teatro?, tengo dos pases –
- Claro, ¿qué obra presentan?
Acercándose a mi me dijo con voz muy baja:
-“La jaula de las locas”, ¿te gustaría ir conmigo?
Sonreí ante su misteriosa revelación y le dije que si, que nos veríamos el sábado siguiente en una cafetería cerca del teatro. No pude pensar en otra cosa que no fuera ese sábado, escogí mi ropa desde el jueves y hasta fui a la peluquería a recortarme el cabello aunque no lo necesitaba. Me sentía tremendamente atraído por Raúl, solo quería estar a su lado, era tan atractivo que comencé a tener fantasías de todo tipo.
El tiempo pasó pronto, los días, las semanas, los meses y al final teníamos dos años y medio como pareja. Él ya trabajaba en un renombrado estudio y yo acababa de graduarme de abogado.
Tengo que contar que al graduarme se vencía el plazo que me dio mi familia para reunirme con ella en Europa.
Día a día nuestro cariño fue creciendo, creíamos que estábamos hechos el uno para el otro, claro, como toda pareja, a veces teníamos nuestras diferencias, pero él siempre tan sutil, sabía llevar la situación para que todo termine prontamente. No existían mentiras ni secretos hasta ese momento, pero yo comencé a no saber como decirle lo que mi familia me obligaba a hacer. Con esa cruz en mi conciencia comencé a morir por dentro, sabia que dentro de pocos meses tendria que separarme de mi amor y no podría evitarlo. El sufrimiento se apoderó de mi, y cada vez que lo veía trataba de tenerlo lo mas cerca de mi, como si aferrados en un abrazo nos llegásemos a fundir para nunca separarnos.
Él se dio cuenta rápidamente de lo que me ocurría y solía preguntarme por que me ponía triste de pronto, cuando estaba con él. Realmente me faltaba valor para decirle lo que ocurriría dentro de dos meses, solo le pedía que me quiera y me abrace con fuerza. Cuando se marchaba rompía a llorar. Finalmente un sábado por la noche me arme de valor y después de meditarlo detenidamente le dije:
- Raúl, tengo algo muy importante que decirte-
- ¿Qué te ocurre bebé? ¿Por qué tan serio?
Evitando su mirada le dije:
- Me voy a Italia en dos semanas -
- Supongo que bromeas – respondió
No pude contenerse y un extraño brillo saltó en sus ojos, cogió fuertemente mis manos buscando una explicación.
- Tu sabes que este día tenía que llegar – dije – mi familia me llama a su lado y no puedo hacer nada por evitarlo-
- Pero dos semanas…, ¿por que tan pronto? ¿Por qué no me lo dijiste antes?-
- No sabía como hacerlo, me dolía mucho pensar en alejarme de ti. Te amo, te amo como nunca supe amar y no quiero perderte.

Raúl soltó mi mano y con rabia dijo:
- ¡Eres un mentiroso! todo el tiempo mentiste, ¡no fuiste sincero conmigo!
- ¡No! pero no podía decírtelo, era demasiado doloroso para mi, creo que es mejor así, por favor perdóname.

Quise abrazarlo en ese instante, pero el se me adelantó buscando con sus brazos mi cuerpo y con su boca la mía, me besó con desesperación, como si quisiera afirmar que yo le pertenecía y que él era todo para mi. Las caricias se confundieron con las lágrimas, no era posible romper ese lazo sentimental, los corazones latían al mismo ritmo, la sangre fluía con fuerza y el pensamiento se hizo uno solo, no, las carnes no pudieron jamás ser tan puras, fue un abrazo que no dijo pasión fue un contacto de sentimiento, fue el amor el que habló.
Esas dos semanas fueron como dos segundos, no podía separarme de él, llegado el momento no quise abrazarlo, el avión aguardaba, el tumulto de gente fue testigo del gran beso que nos dimos, los ojos se encargaron de lavar el dolor y con el alma en las manos nos dijimos adiós.
Hoy todavía siento que mis ojos lloran cuando pienso en él aunque ya pasó mucho tiempo; si el primer amor no se olvida, hoy puedo decir que el verdadero amor nunca muere.


Efebo 1998.
Lima Perú