sábado, 11 de junio de 2011

sexo en Lima York (2)

Javier no concebía como dos personas podían tener un encuentro sexual sin conocerse realmente, aunque no fuera para mantener una relación formal, el hecho de irse a la cama tenia como requisito conocerse mutuamente para ser primero “amigos”, lamentablemente la fauna limeña casi no comparte la idea de Javier y adora la personalidad de Juan. De las pocas personas que comparten la forma de pensar de Javier, uno de ellos, Gerardo, coincidía con él y tras conocerse durante semanas decidieron hacerse pareja con la intención de tener sexo, pero en esa primera noche se dieron cuenta que ambos tenían los mismos gustos en la cama, un desastre total del mutuo conocerse…

Javier no había tenido mucha suerte con los temas del corazón, la última pareja estable que tuvo (se llama Arturo) fue un amor estable y duradero, llevaban mas de cinco años saliendo juntos y se habían comprometido mutuamente a ser fieles el uno con el otro, eso lo sé por que me lo comentó el mismo Javier en una sauna, antes de que terminaran, en uno de esos días de cavilaciones, la relación ya no era la misma, la pasión se había enfriado y Arturo había optado por llegar tarde a casa y salir temprano para evitarse mutuamente…aunque el plan era el mismo que había concebido Javier, así que terminaban coincidiendo siempre a las mismas horas, cordiales y atentos, pero incapaces de reconocer que ya no se atraían, y que ambos ya habían sacado los pies del plato hacia tiempo. Javier se excusaba en su trabajo, y después de dejarlo con Arturo se refugió en el, se negó por completo a intentar una nueva relación y las que tenía eran solo de válvula de escape para sus impulsos sexuales (bastante controlados por cierto). Así es Javier, y ahora le está echando la charla a Juan de por que no se toma la molestia de conocer por lo menos el nombre de la persona que se está tirando.

- si los dos buscamos lo mismo, no entiendo por que debemos hacer un contrato escrito- dijo Juan con sarcasmo.

- No es hacer un contrato, es tener un poco de respeto por la otra persona, y por ti mismo – respondió Javier

- Tu no tuviste mucho respeto por el secretario de Juez Piñeira, el bajito Eduardito- Juan dijo con una mirada malvada – te lo levantaste en los baños del Palacio de Justicia y no sabias que era el secretario que llevaba tu caso ja ja ja.

- Eso me hizo ganar ese proceso, sobre todo ganamos en el oral ja ja ja, y debes saber que mantengo la amistad de Eduardito a pesar de que lo descubrieron enviándome e mails amorosos desde su dirección del ministerio- reía Javier.

Mientras ellos recordaban sus correrías sexuales amorosas, yo miraba por décima vez el celular, esperando a que llegue un mensaje que esperaba desde esa mañana, hasta que Juan me sacó de mis pensamientos.

- deja ya el puñetero aparato

- cuenta ya quien es el galán que te escribe – me sonrió Javi con dulzura

- no contaré nada hasta que llegue Fernando, por que si no tendré que volver a decir la historia y no me apetece – aclaré

- por ahí llega la gorda, cadereando como siempre je je – reía Juan.

Ciertamente venía Fernando por la avenida, caminaba rápido y procuraba no tocar a los demás transeúntes, él tiene un cuerpo impactante, su trabajo en el gimnasio se nota en cada paso, y siente además un profundo desapego por la gente que se reúne por la Plaza San Martín, él preferiría que nos reuniéramos en el Café Café de Miraflores, o en la barra del Andel, sitios discretos según él, pero que toda Lima sabe qué tipo de clientes tienen esos locales. Era muy agradable ver a este chico, siempre tan bien vestido, con esos pantaloncitos de algodón camisa a juego, de piel tan blanca que parecía uno de los muchos turistas que se ven por la plaza, varonil y musculoso, era incapaz de cualquier gesto que delatara su condición sexual, pero si pasaba un mulatín o un indiecito bajito no disimulaba para nada como lo devoraba con los ojos. A pesar de ser egresado de la PUC la educación y lo refinado lo dejaba para los demás, a no ser que se encuentre trabajando en sus clases de arte.

- Tamare que cantidad de feos hay esta tarde en la plaza – decía con rostro agestado- hoy no pasa nada por aca.

- Calma bonito, que lo que buscas lo veras dentro de un momento en la galería, me han dicho que viene un grupo de baile de Venezuela, así que tendrás de donde elegir – dije – el artista me lo ha re confirmado.

- Pero cambia de cara por que los venezolanos son muy alegres, y así los espantarás – dijo Juan

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